METANFETAMINA
La metanfetamina es conocida por su reputación de estimulante adictivo. Como la anfetamina, esta droga incrementa la actividad, reduce el apetito y produce una sensación general de bienestar.
Adicción
Como ya se ha mencionado, la metanfetamina es un estimulante incluido por la Convención Internacional de Psicotrópicos en la Lista II (Schedule II),
lo cual significa que la droga tiene un alto potencial de adicción y
solo es accesible por medio de recetas médicas oficiales, que no se
pueden renovar.
La metanfetamina es conocida por su reputación de estimulante adictivo. Como la anfetamina, esta droga
incrementa la actividad, reduce el apetito y produce una sensación
general de bienestar. Excita receptores neuronales vinculados a las
señales de recompensa y gratificación: produce euforia, alivia la fatiga
y mejora el rendimiento en tareas simples.
Se fabrica en laboratorios clandestinos usando procedimientos
sencillos y reactivos relativamente baratos, generalmente de fácil
acceso. Por esta causa, sobre todo en Estados Unidos, se han establecido
normas legales sobre una serie de sustancias químicas que pueden servir
como precursores o reactivos en la síntesis de esta droga, por ejemplo
la efedrina.
Estos factores se combinan para hacer de la metanfetamina una droga de
gran circulación, cuyo abuso está muy extendido en Estados Unidos y en
varios países de Europa.
El producto vendido en la calle se conoce por muchos nombres como "anfetas", "meta" y "tiza" en español (o bien: meth y crank,
en inglés). El clorhidrato de metanfetamina consiste en pedazos de
cristales transparentes parecidos al hielo, que se pueden inhalar
fumándolos. En esta forma, se conoce como "hielo", "cristal" y "vidrio"
en español (ice, crystal, glass en inglés).
Los efectos de la metanfetamina pueden durar hasta 6 o 12 horas. Los
adictos a esta sustancia, pueden permanecer despiertos durante varios
días. Esto genera un creciente agotamiento físico, psicológico y
cognitivo, que, a la larga, degenera en problemas cardiovasculares
graves. La droga bloquea las señales somáticas (como fatiga, sueño,
hambre) que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. En estos
casos, una vez que la droga abandona el organismo, estos sujetos pueden
experimentar estados de gran agitación psicomotriz, a veces asociados
con comportamientos violentos y delirios persecutorios, llegando a
cuadros de disociación psíquica apenas distinguibles de los que
caracterizan a una esquizofrenia
de tipo paranoide. Estas manifestaciones psiquiátricas de toxicidad se
producen por sobredosificación y en casos de adicción crónica a dosis
altas (especialmente por vía parenteral); estos casos se denominan psicosis anfetamínicas en la práctica clínica.
Otro problema que acarrea el consumo de la metanfetamina es la
llamada «boca metanfetamínica», nombre dado al deterioro de los dientes
provocado por los largos periodos de sequedad bucal y pobre higiene oral
durante los periodos de consumo intenso. A estas causas se añade que,
debido a la supresión de apetito, los usuarios consumen bebidas
carbonatadas y altamente endulzadas, lo cual deteriora aún más los
dientes, llevando a los usuarios a describir sus dientes como
"ennegrecidos", "podridos" o "cayéndose a pedazos
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