El tabaco
El tabaco es un producto
agrícola procesado a partir de las hojas de (Nicotiana tabacum). Se consume de
varias formas, siendo la principal por combustión produciendo humo. Se utiliza
desde hace milenios y tiene su origen en el continente americano, desde donde
se extendió a Europa en el siglo XVI y posteriormente al resto del mundo. Se
comercializa legalmente en todo el mundo aunque en muchos países tiene numerosas
restricciones de consumo, por sus efectos adversos para la salud pública. Entre
las numerosas sustancias de su composición, el tabaco incluye un alcaloide que
se encuentra en las hojas en proporciones variables, la nicotina, una sustancia
altamente adictiva que se asocia a una serie de efectos negativos en la salud y
que en dosis altas es potencialmente letal.
El consumo de tabaco es un factor de riesgo
para muchas enfermedades, especialmente las que afectan al:
- Corazón,: Al minuto de encender un cigarrillo, el corazón del fumador empieza a latir un 30% más rápido. La presión arterial también aumenta, forzando al corazón a hacer un mayor esfuerzo e incrementando el riesgo de enfermedad coronaria.
- · Los pulmones: La obstrucción crónica del pulmón, producida por la bronquitis y el enfisema, produce una discapacidad respiratoria progresiva. Esta obstrucción está provocada por el estrechamiento de los conductos de aire en los pulmones y por la destrucción de los alvéolos. El inicio de esta enfermedad es gradual y surge la incapacidad respiratoria cuando ha sido destruida casi la mitad de los pulmones. Una vez que la enfermedad se ha establecido es raramente reversible. De ahí, por ejemplo, que la neumonía, una infección de los pulmones, sea más común entre los fumadores.·
- EL estomago: El abuso del tabaco puede convertirse en un factor que desencadene la generación y, en su caso, el agravamiento de determinados dolores de estómago. Cada vez que una mujer aspira un cigarrillo, parte del humo accede tanto a los pulmones como al resto de vías aéreas del organismo, pero también ocurre que muchos de los componentes terminan condensándose en la zona del paladar. Estas sustancias pueden llegar al sistema digestivo a través de la saliva y provocar alteraciones de tal magnitud que se puedan desarrollar condiciones anómalas como malestares gástricos o dispepsias severas.
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